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El camino de la iluminación natural

El camino de la iluminación natural

Un día, unos seis meses después de la muerte de su madre, Ramana [Maharshi] bajó la montaña y se instaló allí, junto a la tumba, permanentemente. No consideraba que fueran los restos físicos de su madre humana, sino un santuario para la Divina Madre del Universo. La montaña Arunachala encarnaba a Shiva, o la Trascendencia Divina; la tumba de la madre encarnaba a Shakti, o la Divina Inmanencia, que en la tradición hindú se experimenta como femenina. Así como Arunachala —o Shiva— había sacado a Ramana de la casa de la familia, de igual modo Shakti —o la Divina Femenina— atrajo a Ramana hacia Ella a través del instrumento de su madre humana, poniéndole a disposición de la humanidad en general. Ahora que Ramana estaba accesible, un gran ashram comenzó a reunirse a su alrededor al pie de la montaña.

Aunque durante décadas fue centro de atención en un ashram que visitaban miles de buscadores de todo el mundo, Ramana nunca reconoció a alguien como su discípulo. Muchos se consideraron sus discípulos y todos tomaron instrucción espiritual de él, pero Ramana declaró inequívocamente que nadie era su discípulo.

Insistiría incansablemente en que la Conciencia Última sola es la Gurú o maestra.