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Sólo existe lo uno

Solo existe uno

Plotino sugiere que cuando el alma encarna —esta es la expresión común, aunque es inexacta— en realidad no hay un descenso desde Reino del Alma, no se contrae dentro de un sistema nervioso particular, porque el alma no es espacial. Plotino explica que nuestras almas viven, ahora y siempre, en planos del Ser superiores, más primarios. Estos lugares más altos no contienen multiplicidad espacial, sólo la multiplicidad de Arquetipos espirituales —sin espacio y perfectamente interpenetrados— que proveen principios únicos para cada alma. La manifestación de las almas en el plano físico podría representarse de la siguiente manera. Nuestro Arquetipo, tal vez fecundado por otros Arquetipos, da a luz un hijo particular —o rayo del alma—, el cual llega a identificarse con nuestro cuerpo-mente actual. El Arquetipo, como Madre, se involucra más profundamente con Su hijo, tal vez uno de muchos en distintas galaxias. Pero cuando el hijo evoluciona y empieza a darse cuenta del alcance total de su naturaleza como lo Uno, la Madre, o Arquetipo, regresa a Su Vida universal —de la cual, ahora, el alma particular participa por completo. El ser humano Iluminado empieza así a desarrollar una conciencia en el nivel de su Arquetipo, el cual algunas veces es considerado como una Forma Divina. Muchos seres humanos son aún niños pequeños, casi del todo inconscientes de los niveles del Ser más primarios que su cuerpo-mente particular. Tal como nuestra alma contempla su Arquetipo, así, a su vez, el Arquetipo contempla lo Uno, que es su Fuente. Plotino siempre vuelve a lo Uno como la naturaleza intrínseca de toda la procesión del Ser. El cuerpo-mente está en el alma, el alma está en el Arquetipo, el Arquetipo está en lo Uno, pero lo Uno no está situado en una realidad más amplia. Plotino explica: Lo Uno no está en nada en absoluto y, por tanto, en este sentido, está en “ninguna parte” […] De tal manera que, aun cuando no está en nada, no está lejos de nada. Lo Uno se sitúa en ninguna parte y, por esta razón, no puede separarse de nosotros ni siquiera por el más mínimo espacio físico o psíquico. Está absolutamente cerca y accesible.